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Por las tasas altas, cayó el crédito al sector privado en el primer trimestre del año

Por las tasas altas, cayó el crédito al sector privado en el primer trimestre del año

El stock de préstamos disminuyó en $ 4372 millones (1%), el peor registro desde 2003 para el período; confían en un repunte para el segundo semestre.

Las tasas de interés en pesos de casi 40% anual ayudaron a combatir la escalada del dólar y a contrarrestar la presión sobre los precios, pero también colaboraron en las últimas semanas con el fuerte parate del crédito al sector privado. Según datos del Banco Central (BCRA), ya sufre su peor trimestre desde 2003.

En el sistema financiero, el stock total de préstamos en pesos está registrando en los primeros tres meses del año una caída de $ 4372 millones (o del 1%). Para esta misma época, el año pasado, el stock de créditos crecía en $ 26.751 millones, o en un 5 por ciento. "Queda claro que no hay muchos incentivos para endeudarse", dice Andrés Méndez, director de AMF Economía. "La economía va para el tercer trimestre que no crece (los dos últimos de 2015 y el primero de 2016). Estamos en recesión o por ahí", asevera.

La devaluación de diciembre pasado, las subas en las tarifas y la escalada inflacionaria conspiraron para que muchos individuos y empresas que tenían previsto endeudarse no se animaran a hacerlo en los primeros meses del año. Hacía 13 años que el sistema financiero no cerraba un primer trimestre tan malo como el que acaba de terminar. De hecho, desde 2003, cuando el crédito se derrumbó un 6% entre enero y marzo, el stock de préstamos privados siempre creció en los primeros trimestres del año, con la excepción de éste.

"Obviamente está todo emparentado con lo que se hizo tras la salida del cepo cambiario -dice Amílcar Collante, economista del Centro de Estudios Económicos del Sur (Cesur)-. Primero, para contener la dolarización. Después, en febrero, con la minicorrida que hubo del tipo de cambio, el Banco Central tuvo que poner las tasas en punta de nuevo. Y lo que importa es la duración. Hay tasas altas por más de un mes."

El Banco Central marca el piso de las tasas de interés del sistema financiero cada martes, cuando vende sus títulos en el mercado, las Lebac. Desde hace semanas que la entidad que preside Federico Sturzenegger paga el 38% anual por sus Lebac en pesos a 35 días de plazo, las de menor duración.

La suba de tasas hizo que muchos bancos retocaran al alza también el costo de sus financiaciones. Según Federico Muñoz, de Muñoz & Asociados, casi el 70% de los aplicaciones de fondos decididas por las entidades financieras fueron colocaciones en Lebac. Sólo una parte menor se destinó a la cancelación de obligaciones financieras, "como era de esperar con la competencia de las Lebac pagando 38%, que los fondos destinados a dar crédito al sector privado fueron despreciables".

"En las actuales circunstancias, consideró Muñoz en un informe, es imprescindible una gestión monetaria muy astringente para bajar la inflación. Pero no podemos ignorar que la suba de las tasas de interés tiene como efecto colateral negativo el enfriamiento de la demanda y que si esta política se prolonga en el tiempo corre riesgo el sustento social y político del plan económico."

Las líneas más afectadas son las de largo plazo, como las de prendarios e hipotecarios, que cayeron en el trimestre en un 0,3% y 1%, respectivamente. Aunque también hubo un fuerte ajuste en las financiaciones comerciales, como es el caso del descuento de documentos, con bajas de entre 6 y 10% en el período. Y hasta hubo una caída en una de las líneas que, hasta el año pasado, eran una de las principales motoras del crédito privado: la financiación con tarjeta de crédito. Según el BCRA, los créditos a titulares de tarjetas cayeron en 1% entre enero y marzo pasados.

"La falta de tonicidad de las tarjetas tiene que ver un poco con la estacionalidad (aumentan fuerte los saldos en las proximidades de mediados y fines de año), pero fundamentalmente con una conducta más cautelosa de los consumidores", dice Méndez. "Y si no se juegan en pequeños consumos, menos aún lo hacen en aquellos que requieren una garantía, como financiar la compra de un vehículo", agrega.

En términos reales, esto es, descontando la inflación, no hubo línea de crédito que creciera. Así, por caso, si bien los préstamos personales aumentaron en un 6%, no llegaron a acompañar la variación de precios de igual período. Lo mismo los adelantos en cuenta corriente, que aumentaron en un 8 por ciento.

"El aumento de inflación -explicó el gerente de un banco de primera línea- pegó en el ingreso disponible de la mayoría de las familias, con lo cual el mundo de individuos está afectado por al suba de precios y la borrachera de cuotas por las vacaciones. Muchos habían aprovechado para endeudarse con el tipo de cambio desfasado, de poco más de 8 pesos por dólar, y ahora están sintiendo esa estacionalidad."

Pero, además, en las decisiones de gasto pesa cada vez más el hecho de que la mayoría de los trabajadores todavía no tuvieron aumentos de salarios, con lo cual están sintiendo la estacionalidad de precios nuevos con salarios retrasados. "La gente es más reticente a endeudarse, pero esperamos que mejore con las paritarias", se ilusionaron desde otra entidad financiera consultada por LA NACION. El caso de las empresas pequeñas y medianas no es muy distinto al de las familias. La mayoría todavía desea ver un panorama más claro antes de endeudarse. En los bancos aseguran, además, que si bien en muchos sectores mejoraron su rentabilidad tras la devaluación, muchas recién están empezando a reconstruir sus negocios.

En el sistema financiero están confiados en que la demanda de crédito se reactivará en el segundo semestre, sobre todo a partir de un repunte de la actividad en el interior, donde esperan que el agro comience a traccionar tras la eliminación de las retenciones.

Aunque para que la demanda efectivamente aparezca también deberá cumplirse la promesa del Gobierno de amansar la inflación para la segunda mitad del año. Para Collante, cuando baje la inflación el Banco Central va a poder bajar las tasas de interés y "recién ahí se va a ver si el crédito va a andar o no".