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Por la devaluación, en junio ya cayó 33% el déficit turístico

Por la devaluación, en junio ya cayó 33% el déficit turístico

La ironía que circuló en las redes en las últimas semanas, indicando que muchos de los que se habían acostumbrado a vacacionar en el exterior tendrán que pensar en volver a hacerlo aquí, comienza a ser realidad: así lo sugiere la caída del 33% promedio que tuvo el déficit turístico en junio en la comparación internanual.

El dato surge del último informe del Balance Cambiario que entregó esta tarde el Banco Central (BCRA). Se trata de una radiografía certera del flujo de fondos y muestra una tendencia generalizada en el recorte de los distintos déficits cambiarios que, al haber alcanzado una dimensión tan alta en los últimos meses, luce positiva pero claramente insuficiente.

Lo concreto fue que el déficit neto de la cuenta de "Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta" resultó en junio de US$588 millones, con lo que registró un descenso interanual de 33% y uno mensual muy similar (32%), tomando en consideración que en mayo había llegado a los US$ 862 millones.

"El mayor aporte a la correción del saldo negativo fue que la caída en los egresos (29%) fue mayor a la caída en los ingresos (11%)", explicó en su informe el BCRA al cotejar las cifras con igual mes del 2017.

El gasto se originó en pagos a emisoras de tarjetas por US$ 381 millones, "egresos netos de aerolíneas y otros transportistas de pasajeros por US$ 116 millones, pagos netos de operadores turísticos por US$ 96 millones, levemente compensados por ventas netas de billetes de no residentes por US$ 4 millones". Del total de cancelaciones brutas al exterior por uso de tarjetas, que llegó a US$ 474 millones en junio, se estima que alrededor de US$ 110 millones correspondieron a operaciones de importación "hormiga" (comercio electrónico pactado con el exterior).

Los datos corroboran las informaciones que comienzan a llegar de las plazas del exterior más concurridas por los argentinos en los últimos años, ya sea por vacaciones o para realizar tours de compra. Un ejemplo de ello llegó por estas horas de Chile, un destino que los argentinos habían convertido en una especie de "nueva Miami".

Según un informe elaborado por la Cámara Nacional de Comercio (CNC) del país vecino, en base a cifras de la empresa administradora de tarjetas de crédito, Transbank, las compras de argentinos con plásticos de crédito y débido se desplomaron 52% en el segundo trimestre del 2018, profundizando una tendencia que había comenzado a insinuarse entre octubre y diciembre del año pasado (cuando había retrocedido ya 8%) y profundizarse durante el primer trimestre cuando el descenso llegó al 30% interanual. Vale recordar que el peso dejó de apreciarse precisamente a fin de 2017.

Los datos de migraciones a su vez muestran que entre enero y mayo de 2018, el flujo de turistas argentinos hacia Chile registró una baja del 18% interanual, lo que significa que 347.000 personas menos cruzaron la Cordillera de Los Andes.

El balance cambiario

El caso del turismo es apenas un botón de muestra de una tendencia más amplia que quedó fielmente reflejada en el marcado ajuste que mostaron las operaciones de la cuenta corriente.

Aunque resultaron deficitarias en US$387 millones, se trata de un rojo cuyo monto total resultó 5,7 veces inferior al de US$ 2299 millones que había registrado en mayo y casi cuatro veces inferior al de US$ 1521 millones de junio de 2017. "El balance muestra un tremendo ajuste de la cuenta corriente cambiaria producto de la devaluación, la licuación del salario y las altas tasas encareciendo el costo del financiamiento: el dato de junio anualizado equivale a un déficit de cuenta corriente de 0,9% del producto vs, uno de 3,5% promedio en los 12 meses anteriores", apuntó el economista Federico Furiase, del Estudio ECO/Go.

Más cauto su colega, aunque también sorprendido por la enorme corrección, su colega Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora, recomienda "no sacar conclusiones de solo un mes" y se reconoce preocupado por la fuerza con que persistió el proceso minorista de dolarización y la salida de inversiones financieras. "Sin el FMI, el resultado final del balance negativo era de US$ 5000 millones", recuerda.

Apunta, por caso, el nuevo aumento que mostró la cantidad de demandantes de divisas extranjeras, una legión creció un 34.000 componentes (hubo un total de 1.114.000 compradores) aunque con un poder adquisitivo seguramente mellado por la pérdida de valor del peso que se dejó ver en la baja de US$5003 millones a US$3803 millones que mostraron las compras de billetes por parte de residentes de mayo a junio o en la caída del 26% (de US$ 4627 a 3413) que tuvo la compra promedio por cliente en igual comparación.

Pero también a la reversión que sufrió la inversión financiera por parte de extranjeros, lo que habían traído US$ 1975 millones al país en junio de 2017 y, un año después, se llevaron US$ 848 millones, continuando una oleada de retiros que habían iniciado hace variso meses y se vió fuertemente reflejada en la venta de US$ 1500 millones de las reservas que realizó el 25 de abril pasado el BCRA, en la gestión de Sturzenegger, para que puedan liquidar parte de las tenencias que habían acumulado en Lebacs -y eludir el pago del impuesto a esa inversión que les comenzaba a regir ese día- sin sufrir pérdidas por un ajuste cambiario que luego la misma entidad se encargó de socializar entre los tenedores de pesos.