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Movilidad jubilatoria y demora en baja de subsidios desafían metas fiscales

Movilidad jubilatoria y demora en baja de subsidios desafían metas fiscales

El objetivo de déficit primario implica una caída del gasto público en términos reales. La mitad es Seguridad Social y creciente; el resto debería bajar fuertemente.

El Gobierno busca demorar la suba de las tarifas y la consecuente baja de subsidios que aliviarían el déficit fiscal. Pero la mitad del gasto público ya está asociada a la ley de movilidad de las jubilaciones, que sigue la inflación pasada, y por lo tanto es creciente en términos reales. El año electoral aumenta el desafío para alcanzar las metas fiscales que se fijó el Gobierno.

Las metas que puso el Ministerio de Hacienda de reducir un punto sobre el PBI por año el déficit primario hasta 2,2% en 2019 implica una reducción del gasto primario en términos reales manteniendo constante la presión tributaria.

Pero con la regla de la movilidad, prácticamente la mitad del gasto en Seguridad Social estará exento de esa meta, porque la desaceleración de la inflación garantizará una suba real de los beneficios.

Según analizó el Estudio Broda, el gasto primario debería reducirse 1,6% en términos reales en 2017, 1,2% en 2018 y 1,5% en 2019, mientras la presión tributaria se mantiene en 19,6%, 19,5% y 19,4% del PBI en esos esos períodos, respectivamente.

"Estás en presencia de una poco creíble reducción del gasto público, porque tenés la reparación jubilatoria y tenés un mecanismo de indexación, que es la movilidad jubilatoria, en función de la inflación pasada. Con lo cual, la caída en el resto del gasto público que no sea jubilaciones tiene que ser muy fuerte", explicó Miguel Angel Broda. Las leyes de movilidad jubilatoria y de asignaciones familiares disponen que las jubilaciones, pensiones, prestaciones previsionales, asignaciones familiares se actualicen en marzo y septiembre de cada año, según la variación en el nivel de los salarios y la del ratio entre los ingresos tributarios y los beneficios de ANSeS.

"Tenés el problema de la indexación, que es la ley de movilidad jubilatoria. En un contexto de inflación declinante, si cumplimos con lo prometido por el Banco Central implica, por ejemplo, para este año ajustes dos veces al año de aproximadamente 28-30% nominal. Entonces tenés tasas de inflación bajando, pero un ajuste indexado sobre la tasa de inflación pasada", agregó Broda. La Reparación Histórica implica un gasto de casi un punto del PBI en 2017 y 2018 y de 0,5% hacia adelante.

La consultora LCG coincidió con este diagnóstico. Estimó que mantener el gasto primario constante en términos reales implicaría reducirlo de 24,3% a 21,6% del PBI, pero que el gasto en seguridad social (50% del total) pasará de 10,6% a 11,4% en tres años.

"El ajuste deberá recaer sobre el resto del gasto primario", explicó en un informe, al prever que en el trienio 2017 a 2019 deberá reducirse a una tasa promedio de 8% interanual en términos reales cada año para caer de 13,8% a 10,2% del PBI. En el resto de las erogaciones describió los subsidios corrientes (3% del PBI), la obra pública (1% del PBI), salarios y gastos operativos (5% del PBI) y transferencias corrientes a las provincias.

Pero la semana pasada el Gobierno anunció que moderará la suba de tarifas de gas, agua y transporte hasta las elecciones, que esconden el gran gasto de subsidios.

"Estas medidas hacen la meta fiscal más difícil", dijo Broda, quien calculó que costarán al menos medio punto del PBI.

Con todo, Broda estimó que el Gobierno logrará mostrar que cumplió con el 4,2% del déficit a fin de año, aunque aclaró que esa objetivo supone un gran ajuste en el último cuarto del año. Indicó que las metas de los primeros tres trimestres son laxas, mientras que la del último es 23,8% del total, cuando en los últimos diez años ese rojo ha sido del 40%. "No va a ser fácil porque los ajustes de las jubilaciones y salarios son en agosto y septiembre", explicó.

Para LCG, las metas fiscales también se van a poder cumplir. "El Gobierno tiene una parte del gasto adelantada y tiene la posibilidad de dejar deuda flotante. En 2016, los ingresos del blanqueo le permitieron al Gobierno no generar deuda flotante para 2017. No sólo no pasó pagos, sino que adelantó pagos que tendrían que haberse hecho este año", dijo la economista Melisa Sala.

Otra salida es apostar a un crecimiento del PBI en los próximos años, que no está asegurado. "Eso hace que, sin mucho ajuste del gasto real, se cumpla la meta de déficit primario. La recuperación de este año te asegura compensar lo que perdiste el año pasado, pero para 2018 y 2019 son grandes las incógnitas, en un país que requiere una credibilidad y grandes reformas que hoy no están", dijo Broda.