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Residencia fiscal. Hasta dónde puede investigar la AFIP

Residencia fiscal. Hasta dónde puede investigar la AFIP

Mercedes Marcó del Pont, titular del organismo recaudador, advirtió que investigará a 17 argentinos que dejaron de tributar en el país.

 

Ya lo advertían los gerenciadores de patrimonio y los tributaristas: a mediados del año pasado, cuando comenzaron los llamados, los trámites de cambio de residencia fiscal se hacían muy discretamente. Nadie quiere caer en la mira del fisco. El temor de quienes se animaron se confirmó esta mañana, cuando Mercedes Marcó del Pont, titular de la AFIP, avisó que investigará a 17 personas que dejaron de tributar en la Argentina.

Ante la preocupación de quienes ya realizaron el trámite o piensan hacerlo, los tributaristas recomiendan cumplir a rajatabla -y "excederse" en el cumplimiento de- los requisitos de cambio de residencia fiscal.

En caso de que no se cumpla alguno de los requisitos, aclara Miguel La Vista, del estudio La Vista Casal, el fisco argentino dirimirá la cuestión teniendo en cuenta el "centro de intereses vitales". A grandes rasgos, para determinarlo es necesario responder a algunas consultas como dónde tiene su casa y su trabajo el contribuyente y dónde reside su familia, en caso de que la tuviera.

Con respecto al aviso de Marcó del Pont, quien dijo que investigará si hubo un "objetivo genuino" que motivó los cambios de residencia fiscal, La Vista aclara que el Estado "no tiene la facultad de pedir explicaciones" sobre por qué una persona decide irse. "El fisco puede controlar el cumplimiento de los requisitos, pero no la causa", añade.

El peor de los mundos

¿Qué ocurriría en caso de que las personas que hayan abandonado su residencia fiscal en la Argentina no cumplan con los requisitos necesarios? Entonces puede declararse la doble residencia fiscal, explica el tributarista César Litvin, de Lisicki Litvin & Asociados.

"Es el peor de los mundos -sentencia-, porque uno pasa a ser contribuyente de los dos países". Para "salir" de la doble residencia, Litvin aclara que hace falta poner todos los papeles en regla: "Dejar de tener actividades personales en la Argentina, aunque se puede seguir siendo accionista o titular de activos, y evitar los grises en el centro de intereses vitales", recomienda.

Además, si el contribuyente abandonó la residencia fiscal en la Argentina y la AFIP considera que hubo irregularidades, deberá pagar los intereses y las sanciones correspondientes a la omisión de impuestos.

Para La Vista, las personas que hicieron su cambio de residencia fiscal probablemente recibirán algunas consultas por parte del fisco argentino. "Eso es esperable", adelanta. La recomendación, entonces, es "jugar lejos del límite": si el país donde el contribuyente tiene su residencia fiscal solicita que permanezca allí más de 180 días, quedarse 300, por ejemplo.

"Tomar la decisión de irse es mucho más trascendental que la cuestión fiscal: si el cambio de residencia también incluye una decisión personal o familiar, aquel que haya cumplido con los requisitos y esté dentro del marco de la ley no tiene por qué temer", cierra La Vista.

Cambios de residencia: se multiplicaron las consultas

En noviembre pasado, ante los rumores de aumento en las alícuotas de Bienes Personales para activos en el exterior, los contadores aseguraban que recibían varias consultas por día sobre los cambios de residencia fiscal. Quienes finalmente lo hicieron no fueron muchos -según declaró esta mañana Marcó del Pont, unos 17-, pero la razón detrás de las consultas se hizo realidad.

Finalmente, el Gobierno definió un 2,25% de alícuota para activos en el exterior, que se puede evitar en caso de que el contribuyente repatrie el 5% de su patrimonio en el extranjero.

El destino más "común" entre los que consultaron es Uruguay, motivados, además, por las declaraciones del presidente, Luis Lacalle Pou, sobre la intención de flexibilizar condiciones para la radicación de familias extranjeras para permitir que "empresarios e inversores" encuentren condiciones favorables para irse a vivir al país vecino.

Sin embargo, el trámite no es simple. Por empezar, Uruguay pide que, para obtener la residencia, las personas vivan allí al menos 183 días (aunque permite salidas transitorias en el medio). Luego, explica Santiago Sáenz Valiente, del estudio Santiago Sáenz Valiente & Asociados, si una persona que realiza este trámite también tiene inversiones en la Argentina -como una propiedad- debe designar un "responsable sustituto" que tribute por esos bienes. Lo que "pierde", entonces, es la obligación de pagar impuestos por sus activos en el exterior.