Calzado: caída del consumo interno y Brasil disparan alerta

El sector nuclea a 2 mil fábricas que generan 85 mil puestos de trabajo, entre directos e indirectos. Tras un año récord en 2015, con 125 millones de pares fabricados, ahora sigue con atención el avance de las importaciones y la merma del consumo en el primer bimestre.
Con unas 2 mil fábricas y más de 85 mil puestos de trabajo -entre directos e indirectos- la industria del calzado es uno de los sectores más dinámicos del mapa productivo nacional. Luego de un récord de 125 millones de pares fabricados en 2015, como corolario de la recuperación iniciada en 2002, período en el que la producción creció un 174%, ahora la industria del calzado enfrenta un escenario complejo.
Hay dos factores que platean un panorama de preocupación: la caída del consumo interno, que en el sector ya estiman en un 20% interanual en el primer trimestre del año, y el riesgo siempre latente de las importaciones, sobre todo provenientes del alicaído Brasil. Es por eso que los fabricantes prácticamente ven esta temporada como de prueba y esperan el verdadero test sectorial para el verano.
En la actualidad, el 85% del consumo doméstico se abastece con producción nacional, siendo el 15% restante cubierto con productos importados. Así, el año pasado culminó con la compra al exterior de 22,4 millones de pares, un 25% de aumento respecto de 2014. En los dos primeros meses de este año, las importaciones alcanzan los 3 millones de pares, un 4% más respecto del primer bimestre de 2015. Al respecto, Alberto Sellaro, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), explicó en diálogo con Ámbito Biz que el crecimiento de las importaciones en los dos primeros meses del año se debió a que el Gobierno habilitó las DJAI que la administración anterior no había firmado. En diciembre, luego de fallo contrario de la OMC por el uso de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, el Gobierno de Mauricio Macri dispuso el fin al controvertido régimen creado por Guillermo Moreno, y su reemplazo por el actual Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI).
Nosotros le hemos planteado firmemente al Gobierno la idea que si las importaciones superan los 22 millones de pares, en la industria empiezan a caer los puestos de trabajo. Quiero creer que el Gobierno deberá priorizar los puestos de trabajo, explicó Sellaro en cuanto al planteo central que ya hizo el sector. Justamente, el plazo para habilitar el remanente de las DJAI que habían quedado sin autorización es el 15 de mayo. Al respecto, Sellaro aclaró que me consta que en estos días el Gobierno no está firmando nuevas licencias de importación.
Si de importación se trata, la recesión en Brasil y la depreciación del real convierte al mercado argentino en la mejor opción para los productores brasileños, recordando que la proporción de la industria vecina con la local es de 7 a 1, con lo cual el comercio administrado pasa a ser el mejor aliado de las pymes autóctonas. En ese sentido, el titular de la CIC analizó que los sueldos en nuestro sector, aclarando que sé que igual no les alcanza a los empleados, son los más caros de América Latina. Un sueldo en Brasil son 290 dólares, en México 315 dólares, en Ecuador 285 dólares, y acá un aprendiz que ingresa está ganando 650 dólares y un oficial 830 dólares. Entonces, hoy la incógnita es Brasil. Los brasileños tienen un 30% menos de costo y a 14 horas de camión se quieren quedar con todo.
PROMESA
La preocupación que trasunta por la industria del calzado es compartida por el resto de los sectores productivos. Es por eso que el jueves los directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) recibieron al ministro de Producción, Francisco Cabrera, y a su equipo para trasladarles las inquietudes. Ocho directivos de la UIA fueron los encargados de explicar al ministro los inconvenientes actuales y las incertidumbres futuras. Para Sellaro, quien llevó la voz cantante de los sectores sensibles como marroquinería, calzado, juguete y textil e indumentaria, la reunión fue excelente. Ante la alarma encendida por las importaciones, Cabrera se comprometió a que las importaciones no superen las cifras de ingresos del año pasado, lo que trajo algo de respiro a los industriales. El ministro escuchó, hubo diálogo y quedó que es posible que cada 60 días tengamos estas reuniones para ver cómo están los sectores, dijo a Ámbito Biz uno de los industriales que participó del encuentro.
Otro de los puntos abordados en la reunión, en particular sobre la industria del calzado, fue que para el año que viene el Gobierno fomentará un programa entre curtidores y manufactureros para salir a buscar mercados de exportación del cuero argentino. Nosotros con un dólar de 9 y pico no podíamos exportar, hoy con un dólar de 15 pesos es posible que el Gobierno traiga compradores en el concepto de misión inversa a nuestra próxima exposición de junio, explicó Sellaro.
Los directivos de la UIA, además le transmitieron a Cabrera el furibundo impacto del incremento de las tarifas de electricidad. Con facturas en mano, los industriales le mostraron casos de pymes que deben pagar aumentos de entre 500 % y 600%, por caso una empresa que venía con un promedio de $ 5.000, recibió una boleta de unos $ 25.000.
CONSUMO
Con una recuperación de la industria que tuvo que ver con el sostenimiento del mercado interno, desde el sector del calzado miran con preocupación la caída del consumo local producto de una inflación desbocada y sueldos que han quedado rezagados, lo que representa una caída del salario real y por ende en el poder de compra.
Desde la CIC estiman que en los primeros meses del año se registra un merma del 20% en el consumo interno de zapatos, lo que impacta en la línea de flotación sectorial. Ante este panorama, Sellaro explicó que estamos facturando con los precios de enero, y estamos haciendo el esfuerzo porque el Gobierno nos planteó que cuidáramos los precios porque si eran elevados abrían el grifo de las importaciones, y después es difícil cerrarlo. Preferimos más producción, menor rentabilidad por par, y mirar la facturación y dejar pasar esta temporada como una temporada de prueba para ver cómo reacciona el mercado en la temporada de verano.
Las naves están proa hacia el verano con los empresarios buscando la forma de sostener el empleo, sin perder de vista el comportamiento de sus pares brasileños. Si se manufacturan 125 millones de pares y se importan 20 millones, son 145 millones de consumo aparente. Entonces si el consumo baja un 20% estamos hablando de que van a bajar casi 30 millones de consumo, y si además se agrava la situación con 10 millones más de importaciones, nos quedamos sin industria, graficó con crudeza y alarma Sellaro.