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Mejora la cotización de los bonos de empresas y baja percepción de riesgo

Mejora la cotización de los bonos de empresas y baja percepción de riesgo

Los rendimientos se fueron acomodando respecto de abril, mes en el que la Argentina dejó de pagar su deuda en ley extranjera. Pero aún falta, ya que la curva sigue invertida.

En los últimos meses, muchos especialistas le reclamaban al Estado que un default soberano iba a arrastrar a las compañías, ya que, según esta óptica, cuando un país entra en cesación de pagos el financiamiento para los corporativos es cuesta arriba. Por eso, no sorprende que los bonos en dólares de empresas argentinas hayan comprimido notablemente sus spreads si se compara la fecha actual con lo que sucedía a mediados abril, mes en el que el Gobierno había decidido no pagar los intereses de los bonos Global y no había un horizonte claro de si se iba a llegar un acuerdo con los acreedores. No obstante, hay analistas que señalan que esta mejora se dio más que nada por un contexto de recuperación de la economía global tras el colapso generado por el coronavirus.

En un ejercicio comparativo realizado por el broker Invertir en Bolsa (IEB) se puede observar que la Obligación Negociable (ON) en dólares de Arcor, con vencimiento en julio de 2023, tenía un rendimiento del 19,7% al 15 de abril de este año, mientras que ahora ese mismo papel otorga una tasa de retorno del 5,6%. Y una ON de Tecpetrol (con finalización en diciembre de 2022) pasó de rendir 22,2% en el cuarto mes del año a 4,1% en agosto.

Esta baja de rendimientos (que equivale a una suba en la cotización de los bonos), se da por una percepción de menor riesgo corporativo argentino y permite ilusionar a las empresas con que haya un mayor apetito de los inversores ante futuras búsquedas de financiamiento. Pero esto aún no se plasma en las curvas de rendimiento. Es decir: una curva saneada se observa cuando los bonos del tramo más corto rinden menos que los del tramo más largo, dado que deberían tener menos incertidumbre. Pero en la Argentina, aún con la mejora en los spreads, los bonos corporativos cortos siguen siendo calificados como más peligrosos que los largos, por lo que la pendiente en el gráfico es negativa

Por ejemplo, un bono en dólares de Cresud con vencimiento en noviembre de este año rinde 21,4%, mientras que un título de la misma empresa que finaliza en julio de 2021 tiene una tasa de retorno de 9,8%.

“Se supone que los bonos más largos deberían mostrar más incertidumbre y otorgar una mayor tasa, pero eso no sucede, porque hay ciertas dudas que afectan a los bonos cortos. El mercado se pregunta cómo van a conseguir las empresas los dólares para pagar estas emisiones, si el covid las afectó tanto como para no tener caja para poder pagar y si el Banco Central les va a dar los dólares para afrontar sus obligaciones”, resumió el analista de IEB, Federico Broggi. Por otra parte, agregó: “Otro dato incierto es si las empresas van a poder rollear sus deudas, pero por el momento no estamos viendo grandes colocaciones”.

Lo que menciona Broggi puede observarse con lo que sucede en los últimos meses: en junio no hubo ninguna colocación y en julio tan solo una compañía emitió una ON en dólares: YPF, que canjeó un bono que vencía en 2021 a cambio de un título que va hasta 2025, con un cupón del 8,5%. Algo similar pasó en agosto con Telecom, que logró rollear sus vencimientos del año que viene también para 2025.

"La curva aún está invertida y los riesgos de roll over son bastante importantes, principalmente de ciertos créditos que pueden estar más complicados en cuanto a la generación de divisas para el pago. Por ejemplo, Banco Hipotecario o CGC, que están en tratativas de canjear su deuda como hicieron YPF y Telecom", advirtió Ezequiel Ferrando, portafolio manager de Mariva Fondos.

En tanto, desde la Mesa de Operaciones de Grupo SBS consideraron: “La curva hard dólar de bonos corporativos que se operan afuera mejoró, pero no lo atamos tanto a lo que pasó con la deuda. El acuerdo del Gobierno con los bonistas ayudó a que los bonos mejoren, pero no creemos que ese sea el motivo más relevante, dado que lo que pasa con el soberano y con los corporativos está un poco disociado. Se habían deteriorado mucho con la crisis del covid y por ahí veías un YPF rindiendo de 18% a 20% y hoy esos productos están más cerca del 12%. Pero en aquel momento el precio del petróleo se había hecho pedazos y hoy se recuperó, además de que la Bolsa americana está en niveles récord, con lo que el contexto internacional ayudó”.

Como datos positivos, Broggi resaltó la mencionada compresión de rendimientos de los bonos corporativos en divisa y también que “la curva de obligaciones negociables en pesos está completamente saneada”.

En los últimos meses, numerosas compañías argentinas aprovecharon un contexto de liquidez para emitir ON en pesos, o bien atadas a tasa Badlar, o bien dólar linked. La gran mayoría contaron con muy buena aceptación. “Tanto la curva en pesos como la curva dólar linked está súper normalizada. Lo que es dólar linked se está emitiendo a tasa 0 o algún puntito arriba dependiendo el crédito”, resumió Alejandro Caramella, jefe de mesa en FIRST Capital Group.

Por su parte, Ezequiel Ferrando destacó: "Por el lado de las ON's en pesos vimos una fuerte demanda de estos productos, principalmente por parte de los fondos T+1, aprovechando las tasas reales positivas con las que fue performando la tasa Badlar. Los emisores, viendo este apetito, empezaron a aprovechar esta ventana, testeando cada vez más largos plazos. Hubo casos recientes muy exitosos de compañías como Rombo, Tarjeta Naranja y TGN que estiraron plazos llegando a dos años, obteniendo buena aceptación y tasas bajas".