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Con las tasas y el dólar más alto, el mercado de bonos CER encontró un piso y recuperó tranquilidad

Con las tasas y el dólar más alto, el mercado de bonos CER encontró un piso y recuperó tranquilidad

El Banco Central destinó más de $ 150.000 millones en una semana para sostener la cotización de la deuda en pesos. Los inversores parecen cómodos en el nuevo equilibrio que alcanzó el mercado.

Luego de varios días de intervención del Banco Central, el mercado de bonos en pesos parece haber encontrado un nivel de mayor tranquilidad. Con tasas de interés más altas y un tipo de cambio también más elevado que la semana pasada, finalmente los rescates de títulos ajustados por CER en fondos comunes de inversión llegaron a su fin. Se trata de un dato clave, que le permite al ministro de Economía Martín Guzmán organizar la licitación de deuda a fines de junio para enfrentar un vencimiento de $ 500.000 millones.

Por lo pronto, la licitación de ayer no arrojó mayores sorpresas. El Tesoro consiguió captar $ 21.500 millones, es decir prácticamente el doble de lo que vencía. El reducido monto de vencimientos no permite sacar mayores conclusiones, aunque sí está claro que el Gobierno privilegió la emisión de deuda de muy corto plazo (vencimientos dentro de 2022) y de manera preponderante con bonos ajustados por CER. “El menú de instrumentos ofrecidos en esta licitación estuvo conformado por cinco títulos que vencen a lo largo de este año”, explicaron desde el ministerio de Economía.

Los rescates de fondos comunes con bonos CER superó los $ 100.000 millones desde el martes pasado, o sea en apenas cinco días. Pero ayer fue el primero en el que se habrían registrado suscripciones netas, es decir más inversores interesados en volcarse a instrumentos en deuda local ajustados por inflación que aquellos que querían vender.

Todo indica que lo ocurrido en los últimos días permitió que el mercado “se limpie”. Quienes no vendieron bonos CER seguramente ya no lo hagan y es probable que se vayan incorporando otros inversores que se muestran atraídos por elevadas tasas de interés. Ahora, el TX 23, bono ajustado por inflación que vence en marzo de 2023, rinde 7,5% anual más el ajuste de la inflación. Hace diez días, ese mismo título ofrecía tasa negativa en relación a la evolución del CER.

El nuevo “equilibrio” de mercado se consiguió a partir de tasas mucho más atractivas en pesos, pero al mismo tiempo con un tipo de cambio que subió un par de escalones. En apenas una semana el “contado con liquidación” pasó de $ 215 a $ 239, un ajuste de 11%. El dólar “libre” pasó de $ 205 a $ 224 en el mismo lapso. La intervención en el mercado de bonos le demandó al Banco Central una cifra que habría superado los $ 150.000 millones en apenas una semana.

Según operadores de mercado, la primera ola de ventas se produjo por retiros de organismos oficiales, como el caso de Enarsa. Así se materializó con importante caída inicial del patrimonio de los fondos Pellegrini, que funcionan bajo la órbita del Banco Nación. Pero luego siguieron varias empresas, en especial extranjeras, que optaron por desprenderse de bonos CER en medio de la caída del mercado y pasarse a instrumentos dolarizados.

El fuerte aumento de la curva de rendimientos en pesos que debe enfrentar el Tesoro también obligaría al BCRA a subir la tasa de política monetaria que quedó claramente desarbitrada, a 49% anual y 61% de tasa efectiva. Esto podría suceder en la reunión de directorio de la entidad de mañana.

Con más demanda de pesos por el pago del medio aguinaldo y vencimiento de impuestos, la incógnita es cómo seguirá el mercado luego de fin de mes. Por lo pronto, no hay indicios de mayor reacción por parte de Guzmán. Una medida podría ser avanzar con un ajuste más acelerado de las cuentas públicas, pero luce como algo improbable. Sobre todo después del ajuste de tarifas que se anunció este mes y que resultó insuficiente para reducir los subsidios en energía.

Ahora el Gobierno deberá concentrarse también en el mercado de dólares, además de la curva de bonos en pesos. Ayer el BCRA se vio obligado a vender USD 60 millones y está lejos de cumplir con la meta de acumulación que se definió con el FMI para el segundo trimestre. Los dólares adicionales que se consiguieron por los altos precios internacionales de la soja y otros productos primarios se fueron por la “puerta giratoria”, o sea se destinaron a la importación de gas licuado, cuyo precio aumentó cuatro veces por la guerra de Rusia y Ucrania.