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Tandil

jornadas agropecuarias

Por precios o cambio de hábito, cayó fuerte el consumo de carne vacuna

Por precios o cambio de hábito, cayó fuerte el consumo de carne vacuna

Tuvo en el 2016 el nivel más bajo de los últimos 5 años. Se come más pollo y cortes de cerdo.

¿Cambio de hábito en la alimentación de los argentinos o cuestión de presupuesto? Lo cierto es que el consumo por habitante de carne vacuna fue de 57,1 kilos en 2016, el nivel más bajo de los últimos cinco años, con una caída de un 4,1% en la medición interanual.

Ya sea por un cambio cultural en el comer o por el tema precios -o por ambas cuestiones-, hay un dato insoslayable y es que por primera vez en el país se calcula que se terminó consumiendo más carne de pollo y de cerdo -sumando los kilos de ambos productos-, que vacuna.

La marca más baja se había registrado en 2011 (ver gráfico), cuando se consumieron 55, 1 kilos de carne vacuna por habitante.

Si bien aún no están los datos oficiales, se estima que el año pasado se consumieron unos 48 kilos de pollo y unos 16 kilos de cerdo, que hacen un total de 64 kilos por habitantes de estas carnes, es decir unos 9 kilos más que los cortes vacunos.

Además, según los números de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo interno de carne vacuna en el 2016 experimentó una caída de 3,2% con relación a 2015, año en que los cortes de la vaca salieron empatados con los de sus “hermanas” (ave y cerdo) en 60 kilos por habitante.

La lenta actualización de los sueldos frente al incremento del costo de vida en general es indicada por muchas especialistas como la principal causa en la retracción del consumo.

Si bien el precio de la carne se fue estabilizando el año pasado con el correr de los meses, es cierto que los bolsillos de muchos consumidores no pudieron recuperarse del cimbronazo que causaron los fuertes incrementos de noviembre y diciembre de 2015, en medio de cambio del Gobierno, donde el kilo de asado de novillito pasó la barrera de los 100 pesos.

Pero también es cierto es que en los últimos meses, aunque aún hay diferencia, la carne vacuna se abarató con relación a la porcina en 1,7% y a la carne aviar en 1,6%.

Entre noviembre y diciembre del año pasado, todas las carnes exhibieron alzas de precios en el mostrador, destacó el mismo relevamiento de CICCRA. Las carnes aviar y porcina mostraron aumentos de 2,6% y 2,5% mensual, en tanto que la carne vacuna registró un ajuste de 0,9%.

SIN AUMENTOS

El presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes, Miguel Schiariti, aseguró en la semana, tras conocerse la baja en el consumo de 4,1% en 2016, que “los precios de la carne en 2017 no van a subir, porque va a haber una oferta muy abundante”.

Schiariti, sin embargo, admitió que diciembre terminó con una leve alza (cerca del 1 por ciento) en los precios de mostrador de la carne vacuna pese a que el valor de la hacienda para faena retrocedió en el último trimestre.

Entre los factores para la merma, más allá de los precios, el dirigente cree en un cambio cultural alimenticio: “Hace 10 años Argentina consumía, por habitante, 19 kilos de pollo por año, hoy 48; y seis kilos de cerdo, hoy 16 kilos”.

Además, según explicó, “el cambio de expectativas” con la llegada del nuevo gobierno a fines de 2015 “hizo que el productor se quede con las vacas y generó una menor oferta, lo que derivó en aumentos muy fuertes a fines y comienzos del año pasado”.

Según CICCRA, en 2016 el valor promedio de los cortes vacunos subió a un ritmo “muy similar al del nivel general de precios al consumidor, es decir a un promedio del 40,8 por ciento, mientras que el pollo, aumentó un 44,5 por ciento anual, y la carne de cerdo, ajustó un 25,2 por ciento.

Carniceros de nuestra ciudad coincidieron, ante consultas de este diario, que en los últimos meses de 2016 -sobre todo la semana de las Fiestas- hubo un repunte en la venta de carne vacuna pero que los consumidores siguen siendo cautelosos con el tema precios. Se nota más en los locales ubicados en barrios de la periferia.

En ese sentido, se estima que “se compra lo necesario para el día”, y se reemplazan cortes más económicos por los más caros. Por ejemplo, para el estofado ya se apunta más al roast beef o a un pedazo de paleta que el peceto. Otro corte que está saliendo para “tirar a la plancha”, según los carniceros consultados, es la entraña. Después están el churrasco de cuadril y más atrás el bife de chorizo. Además, se trata de buscar aquellos que rindan más en carne y no tengan tanto hueso.

“El mayor consumo de pollo y cerdo es una tendencia que parece quedarse. Es por un tema de precios y también porque el consumidor se acostumbró a comer otras carnes”, según Schiariti.

Aunque siempre está la polémica que rinde más en la mesa de una familia, frente a un promedio de 100 pesos el kilo de distintos cortes vacunos, la carne de cerdo vale entre 15 a 20 pesos menos. En tanto, el kilo de pollo puede venderse entre una oferta de 25 pesos a 36.

Algunos de los precios promedios de los cortes (por kilo) que pudieron observarse en las carnicerías platenses, son: cuadril, entre 90 y $110; bola de lomo, entre 95 y $130; asado de ternera, entre 100 y $145; vacío de ternera, entre 120 y $150; Carne picada especial, entre 62 y $90; común, entre 40 y $80; roast beef, $80; bife angosto, $90; chorizo especial, $85; parrillero, $45; pechito de cerdo, $100; jamón $60; y bondiola de cerdo, $100.