Menu
Instagram Facebook Linkedin Twitter

Bahía Blanca

Una temporada difícil para la costa argentina

Una temporada difícil para la costa argentina

El panorama en Mar del Plata fue peor de lo que se esperaba; tan sólo uno de cada seis días estuvo soleado, en los balnearios y gastronomía la demanda bajó un 30% en comparación con 2015. Cariló y Pinamar cerraron con 25% de lugares vacantes.

Se podría describir a la temporada en la costa argentina como magra, cuyos resultados se resumen con la combinación de iniciales PPP, símbolo y sello del turismo austero: playa, peatonal y pizza. Durante el mes que culminó ayer, sólo uno de cada seis días tuvo sol a pleno; el movimiento turístico cayó incluso en sectores medios y bajos, y en el rubro gastronomía, aun en los menús más básicos y económicos, la reducción promedio fue de casi 30 por ciento. Todos hablan de un enero para el olvido.

Pepe Suárez, dueño del restaurante Amigos, coincide con quienes hoy alzan sus quejas por esta pobre primera mitad de verano. "Colegas del rubro reconocen que la merma de clientes promedia el 30%, con casos de hasta un 40 por ciento", expresó en diálogo con La Nación. En esa misma línea, manifestó su preocupación por lo que este saldo deja para el futuro. "Va a ser un invierno difícil", analizó.

Un mozo de una de las pizzerías más reconocidas del centro de la ciudad, confirmó que lo que se vive este verano es de lo más flojo en mucho tiempo. Lo sintetiza con un detalle inédito en su lugar de trabajo: por primera vez tienen francos en enero, y de a dos camareros por día. "Acá se trabajó siempre a full hasta las 2 de la madrugada. Este año, a la medianoche ya sobran mesas", detalló.

La evaluación llegó sobre el cierre de enero y el segundo de los fines de semana considerados más fuertes del verano. Desde el viernes, como ocurrió con el cambio de quincena, otra vez se dio un buen ingreso de turistas. Pero, si bien crece la ocupación, sigue en deuda el nivel de consumo. Un informe de la Unión del Comercio, Industria y Producción (UCIP) blanqueó una baja del 16,20% en venta de unidades durante el primer mes de la temporada.

La costa atlántica en su conjunto había tenido un arranque muy liviano a partir de una combinación de factores, cuyo resultado fueron playas con poca gente: la oportunidad a bajo costo que representaba Brasil, la precaución de los que temían por los cambios económicos que llegarían con el nuevo gobierno y los pronósticos de tiempo lluvioso y gris, que se confirmaron. A esto también se le sumaron situaciones de exceso en algunos precios, que los clientes pudieron evitar gracias a la amplia y variada oferta de la ciudad.